The Northman y la visión sobrenatural del mundo
Lo que The Northman nos puede enseñar sobre la religiosidad y que hacer con ella.
Advertencia: el presente artículo contiene spoilers para The Northman (El Hombre del Norte).
Siempre he estado obsesionado con la creación de trailers para las películas. ¿Qué hace un buen trailer? ¿Qué información decides mostrarle al público antes de que vean tu película? ¿Cómo le das una idea a la gente de los momentos más importantes e intensos de la película sin espoilearles todo? No es algo sencillo. Por algo los estudios de cine pagan millones de dólares para la edición de estos por parte de expertos a pesar de que, en muchos casos, no hayan tenido nada ver con la grabación de escenas que serán incluidas.
Cuando vi el trailer de The Northman (El Hombre del Norte) hace unos meses, me sorprendió la cantidad de referencias a temas religiosos y espirituales. Hollywood ha tendido, en los últimos años, a tener una aversión a la temática religiosa. Suele ser complicada y usualmente genera controversia, algo que preocupa a los estudios y a los financieros en la industria del cine. La proporción de estos momentos religiosos en el trailer me señaló que la espiritualidad vikinga sería de mucha importancia en la historia. Sin embargo, en ningún punto esperé que fuera el tronco en el que se sostiene toda la película.
The Northman, dirigida por el joven director de cine, Robert Eggers, nos muestra la historia del príncipe Amleth (cuya leyenda fue una de las inspiraciones de William Shakespeare al escribir Hamlet), un hombre que busca vengar la muerte de su padre, el rey Aurvandill, quien ha sido traicionado y asesinado por su hermano, Fjölnir. Amleth infiltra el pueblo gobernado por su tío como un esclavo, cometiendo actos brutales de violencia noche tras noche, con el objetivo de aterrar y eventualmente matar a su tío, salvar a su madre y vengar a su padre.
Amleth es un hombre religioso a lo largo de la película. Ésta nos sorprende cuando descubrimos que su motivación principal en la búsqueda de la venganza no es la furia y el odio, sino un juramento religioso por vengar la muerte de su padre que hizo de niño. Después de convertirse en un guerrero adoptado por un grupo de vikingos, requiere del recordatorio por parte de una bruja de su juramento previo para iniciar el viaje que lo llevaría a cumplir su destino. La totalidad de la película no es más que la búsqueda del cumplimiento de una promesa hecha ante los dioses. Con esto vemos que la religión no es accesoria a la película y a la vida de los personajes, sino que forma la base de sus motivaciones y de sus acciones.
Los personajes de The Northman viven en un mundo mágico, en donde lo espiritual forma parte de la realidad cotidiana. Amleth y los demás personajes nunca sospechan de falsos a los sucesos sobrenaturales que le suceden y nunca son cínicos en cuanto a la importancia de sus rituales o creencias. Cuando un brujo le menciona a Amleth que su espada solamente puede desenvainar durante la noche, este no lo duda ni un segundo, y no vemos que la espada sea usada de día durante el resto de la historia. Cuando Amleth mata a Thorir, hijo de Fjölnir, este se niega a vengar a su hijo sin antes localizar su corazón y completar un ritual funerario vikingo. Amleth es capturado por sus enemigos, y luego es liberado por un grupo de cuervos (enviados por Odín o su padre). Robert Eggers no deja estos eventos abiertos a interpretación. En el contexto de la historia, realmente sucedieron. Cuando Fjölnir se percata de las muertes nocturnas de las que Amleth es responsable, sospecha en primer lugar de un demonio o un espíritu maligno, por lo que decide sacrificar a un hombre ante los dioses para calmar su ira. Esta creencia nos podría parecer absurda, pero The Northman nos muestra un mundo en donde esto es completamente plausible, y los personajes lo saben.
Tengo que confesar que fue difícil identificarme con los personajes de esta película. Sin embargo, al salir de la sala, me percaté que esto no había sido culpa del director o del guión, sino mía. La mente del hombre contemporáneo, una mente racionalista y materialista, suele tener dificultad para asimilar que la manera de pensar de los personajes de The Northman ha sido la manera de pensar de la gran mayoría de los hombres a lo largo de la historia. El hombre medieval no hubiera, a diferencia de la mayoría de nosotros, descartado la idea de que una bruja está maldiciendo a su aldea, pero tampoco hubiera descartado la realidad de un hecho milagroso, la curación espontánea de un paciente enfermo o la intervención divina en una batalla importante. The Northman nos muestra, de manera seria y sin burlas, a personas que vemos cada vez menos en nuestro mundo moderno: personas con una visión sobrenatural del mundo.
Muchos agradecerán el hecho de que el mundo contemporáneo nos ha llevado a un escepticismo general de lo “sobrenatural” y lo verán como una clara evolución de la sociedad en comparación a aquella en la que vivían los hombres nórdicos del siglo X. Esto es un claro ejemplo de lo que C.S. Lewis llamaba “esnobismo cronológico” en su autobiografía Sorprendido por la Alegría. Consiste en la idea de que el arte, la ciencia, la filosofía, la música, etc. son mejores en su expresión contemporánea simplemente por el hecho de ser más novedosas. Una idea nueva debe de ser mejor y más avanzada que una idea vieja. Está forma de pensar, muchas veces inconsciente, es derivada de la falacia ad novitatem (apelación a la novedad). Es falacia debido a que la calidad de una idea o de un objeto no tiene una relación directa o necesaria con su novedad, sino que la relación entre ambas cosas suele ser meramente accidental.
El problema con la visión materialista, que niega o desconoce las realidades místicas o espirituales (sin duda más novedosa), es que es una visión incompleta e incorrecta del mundo. Nuestro mundo no es tan distinto de aquel expuesto en The Northman. La magia (y no me refiero a la magia en el sentido pagano, sino a las realidades espirituales y sobrenaturales que no pueden ser explicadas con la ciencia o la lógica) es una realidad. El mundo está repleto de ejemplos de ella. A pesar de de todos los esfuerzos por parte de los materialistas, la ciencia no ha podido (y no podrá), explicar el ajuste fino del universo, el amor sacrificado, la culpa que deviene de una falta a la moral y el sufrimiento espiritual causado por una pérdida. Tampoco ha logrado explicar el milagro de la realidad, que en sí misma es un hecho milagroso.
Quiero que quede claro que no estoy argumentando a favor de la realidad de lo que se nos muestra de forma específica en The Northman. Esta nos muestra misticismo y espiritualidad pagana como una realidad y la da por hecho. Odín no está esperando nuestro sacrificio y las valquirias no nos llevarán al Valhalla después de nuestra muerte. Sin embargo, creo que la película nos recuerda la visión sobrenatural del mundo que hasta hace poco era común. Esta visión nos puede llevar a un mejor entendimiento de la realidad, un entendimiento que muchos de nosotros hemos perdido, apoyados del uso de la ciencia y de la razón, a pesar de que siga sin ser un entendimiento completo.
Asimismo, para aquellos que creen ya en las realidades espirituales que forman parte de nuestro mundo, The Northman nos muestra el comportamiento correcto frente a dichas creencias. No en el llamado a la violencia y la búsqueda de venganza, sino en la manera en la que dicha visión sobrenatural constituye la base de toda la vida y acciones de los personajes. Para Amleth, Aurvandill, Fjölnir y los demás personajes, la religión no es meramente un interés más, un aspecto de sus vidas que mantienen separado del resto de sus actividades. No es un asunto privado, sino que se manifiesta, a veces de manera violenta, en sus vidas públicas y en su actuar frente a los demás.
Muchas personas religiosas, incluyéndome, cometemos el error de separar nuestras creencias de nuestra actividad diaria. Las relegamos a una hora durante el domingo o, en el mejor de los casos, a unos minutos de oración entre semana. Sin embargo, una creencia genuina en realidades metafísicas, llevarán a éstas a ser inmiscuidas en todos los aspectos de nuestra vida. Nuestra fe se debería de manifestar en todas nuestras acciones. The Northman nos muestra el rol correcto de nuestra fe en nuestras vidas. Si no lo es todo en nuestras vidas, entonces no tiene importancia.
Con una visión sobrenatural del mundo, lo mundano y lo trivial se convierten en divinos y de alta importancia. La visión sobrenatural del mundo permite que nuestras acciones, por más triviales que puedan parecer, tengan una base metafísica, ya que permite darnos cuenta que todo lo que hacemos es en beneficio, o en detrimento, de un fin último.
The Northman no es para todos. Sin embargo, le agradezco por recordarme estas cosas, y cuenta con una amplia recomendación mía.