“Nadie es recompensado por tener la razón con demasiada anticipación”.
Esta frase parece un sinsentido. Sin embargo, podemos ver que se actualiza en el mundo real una y otra vez. Aquí el énfasis debe de estar en demasiada. Si se expone una crítica en contra de cierto sistema o idea cuando esta está en el auge de su funcionamiento, lo único que uno logra es verse excluido. Pocos recordarán o recompensarán al crítico cuando, inevitablemente, su crítica se haga evidente.
Hace unos años, Martin Scorsese tuvo un momento viral, en el que criticó a las películas de Marvel en una entrevista. “No son cine, son el equivalente a los parques de diversiones de las películas”, dijo el director veterano. La furia de parte de los fans de Marvel no se hizo esperar. Llamaron al director “viejo y desconectado”, cuestionaron su supuesta autoridad en el tema, y descalificaron su opinión acerca de lo que constituye una verdadera obra del séptimo arte. En un intento de darse a entender a las masas, Scorsese publicó un breve ensayo en el New York Times, en donde exponía su tesis de una manera más desarrollada. Tengo que confesar que, a pesar de no ser muy fanático de sus películas (algo que me ha provocado algunos pleitos con mis amigos más cinéfilos), no podría estar más de acuerdo con su argumento principal, a pesar de haber visto la gran mayoría–si no es que todas–las películas de Marvel. Hablando de las películas de superhéroes, argumenta lo siguiente:
“Son secuelas en nombre, pero son remakes en espíritu, y todo en ellas debe de estar oficialmente sancionadas porque no puede ser de otra manera. Esa es la naturaleza de las franquicias: estudiadas para el mercado, probadas por las audiencias, vetadas, modificadas, re-vetadas, y re-modificadas hasta estar lista para el consumo.”
Está de más señalar que existen excepciones a esto y que Scorsese no estaba hablando de todas las películas de superhéroes. Inclusive, hubo un punto en donde fue productor ejecutivo de la película Joker, basada en los cómics de Batman. Es claro que el género de las películas de superhéroes, al ser el dominante en Hollywood en los últimos años, producirá cine que sea de verdadera calidad de vez en cuando. Pocos podrán ver Logan o The Dark Knight y concluir que es imposible tener una película de superhéroes de alto nivel. Sin embargo, es difícil negar que hemos llegado a un punto generalizado de hartazgo. Ni los fans más empedernidos de Marvel pueden negar que Ant-Man and The Wasp: Quantumania prueba, hasta cierto punto, la tesis de Scorsese en cuanto a la repetición. Pareciera ser que la película fue hecha en una fábrica, para consumo masivo, algo que hemos visto mil veces.
¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué cada vez más de lo que producimos parece algo hecho por comité? ¿Es un problema exclusivo de las películas de superhéroes o es un síntoma de un problema cultural mayor? Ross Douthat analiza el problema en su libro The Decadent Society: How We Became the Victims of Our Own Success. En él, argumenta que el estancamiento y la repetición–especialmente manifestados en nuestros productos culturales– son uno de los síntomas más importantes de una sociedad y cultura decadente: una sociedad a quien le queda muy poco que decir. “Una sociedad que genera muchas películas malas no necesariamente es decadente; una sociedad que solo hace las mismas películas una y otra vez probablemente lo es.” A pesar de que el cine es importante, y de que debemos de hacer un esfuerzo por producir películas de impacto cultural, debemos darnos cuenta de que el problema no se resolverá atendiendo la problemática de Marvel, sino que deberá de existir un verdadero y completo renacimiento cultural para solucionar el dilema de Scorsese.
“La falta de originalidad no es, por supuesto, algo nuevo en Hollywood, pero en la última generación se ha producido una tendencia significativa a alejarse de la novedad y la creatividad. Las formas de género siempre han triunfado sobre la innovación pura, pero la gama de géneros se ha reducido recientemente: la comedia romántica ha desaparecido prácticamente; la farsa adolescente, también; y no ha habido una comedia original de gran éxito en el mercado estadounidense desde Hangover en el 2009. Hemos llegado a un punto en el que las franquicias de cómics y ciencia ficción "No son una parte importante del negocio del cine. Son el negocio del cine. Punto.", como escribió Mark Harris para la revista online Grantland en un ensayo que marcó una época en 2017.”
Uno podría decir “Si buscas substancia, solo debes de dejar de ver películas de comics. La Cineteca ofrece mucho cine de arte. Ahí uno podrá encontrar el cine del que habla Scorsese.” Sin embargo, creo que el director veterano está un poco sesgado. El problema del estancamiento no solo es problema de Marvel, sino que es un problema del cine en general, de sus propias películas, de nuestra cultura decadente. También el cine de “arte” es víctima de este problema. ¿Qué película de verdadero impacto ha ganado el Oscar de mejor película desde No Country for Old Men? El sistema está diseñado para el éxito comercial de las películas de superhéroes, repetitivas y estancadas (pero no por eso dejan de ser entretenidas). El mundo del cine desvía recursos y talentos a Marvel, en donde podrán tener retorno a la inversión. El otro día salí de ver Guardians of the Galaxy Vol. 3 y, a pesar de haberla disfrutado mucho, no podía dejar de pensar que el talento de James Gunn podría ser aprovechado de mejor manera en otro lado, en donde no sienta la presión del estudio a sus espaldas. A pesar de esto, no debemos de entristecernos por la falta de joyas, sino celebrarlas y apreciarlas cuando estemos en presencia de ellas, a pesar de ser de vez en cuando.